Hay una gran diferencia entre actuar con dureza y ser fuerte. Un jefe controlador, un compañero de trabajo exigente o un cliente agresivo pueden estar enmascarando su falta de fuerza mental con un aire fingido de dureza. Aunque actuar con dureza puede impulsar el éxito inicial de alguien, la fuerza mental es necesaria a largo plazo.

Las personas verdaderamente exitosas no llegan a la cima actuando con dureza; se vuelven mejores al fortalecerse. Para ser el mejor, ya sea en los negocios o en el campo de deportes, se requiere valor y tenacidad, así como el deseo continuo de mejorar.

Aquí están las siete diferencias clave entre ser mentalmente fuerte y simplemente actuar con dureza:

1. La gente dura cree que el fracaso nunca es una opción. Esforzarse por alcanzar el éxito es saludable, pero creer que hay que triunfar a la primera puede ser contraproducente. Las personas mentalmente fuertes creen que el fracaso es parte del proceso hacia un largo viaje hacia el éxito. Al ver el fracaso como un contratiempo temporal, son capaces de recuperarse y seguir adelante con facilidad.

2. La autopresentación de dureza oculta inseguridades. Actuar con dureza tiene que ver con el desarrollo de una actitud y una persona que diga: «Mira qué grande soy». Pero a menudo, esa apariencia de dureza pretende ocultar las dudas sobre sí mismo. Las personas mentalmente fuertes invierten más energía en trabajar en sus debilidades, en lugar de tratar de encubrirlas.

3. Las personas duras dicen: «Puedo hacer cualquier cosa». Aunque una cantidad saludable de confianza en sí mismo es útil, sobrestimar tus capacidades puede dejarte mal preparado para las realidades de un desafío. Del mismo modo, subestimar el tiempo y la energía que te llevará alcanzar tus objetivos puede llevarte a la decepción. La fuerza mental consiste en reconocer las deficiencias y el trabajo duro necesario para alcanzar un objetivo.

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4. Actuar con dureza implica orgullo. Las personas que quieren ser percibidas como duras tienen algo que demostrar a los demás. Su autoestima suele depender de los grandes logros y de cómo los ven los demás. Por el contrario, el desarrollo de la fuerza mental consiste en tratar de fortalecerse humildemente sobre la base de un deseo interno de ser mejor. Las personas fuertes están dispuestas a pedir ayuda a los demás y no necesitan ser completamente autosuficientes. No les preocupa demostrar nada a nadie más que a ellos mismos.

5. Las personas duras reprimen las emociones. Aunque la ocultación de las emociones a corto plazo puede ser útil en ciertas ocupaciones -el personal militar, los agentes de policía y los que trabajan en el campo de la medicina-, ignorar las emociones no es una estrategia saludable a largo plazo. Con el tiempo, las emociones reprimidas salen a la luz y a menudo se manifiestan en forma de ira. Para ser fuerte hay que ser muy consciente de las emociones y de cómo esos sentimientos pueden influir en los pensamientos y el comportamiento. La supervisión continua del propio estado emocional ayuda a las personas mentalmente fuertes a controlar sus emociones, para que sus emociones no las controlen a ellas.

6. Las personas duras prosperan con el poder. Las personas que actúan con dureza quieren ser percibidas como si siempre tuvieran el control. Como resultado, microgestionan, mandan a los demás y hacen demandas irrazonables. Las personas mentalmente fuertes centran su energía en tener el control de sus propios pensamientos, sentimientos y comportamiento, en lugar de intentar controlar siempre las circunstancias externas y las personas.

7. Actuar con dureza consiste en tolerar el dolor. Las personas duras a menudo se enorgullecen de tolerar una gran cantidad de dolor y sufrimiento. Las personas mentalmente fuertes no sólo toleran el dolor, sino que aprenden de él. Se centran en el crecimiento personal y el desarrollo significativo, en lugar de tratar sus cuerpos como una máquina.

La buena noticia es que cualquiera tiene la capacidad de convertir un exterior duro en una mentalidad fuerte. Al igual que la fuerza física requiere un entrenamiento continuo, la fuerza mental requiere un ejercicio regular que le ayude a mejorar y fortalecerse.

Amy Morin es psicoterapeuta y autora de 13 Things Mentally Strong People Don’t Do.

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