Por Dina Cheney
¿Tentado por los cafés y tés de sabores ultradulces de su cafetería local? Aléjate del dispensador de sirope. En su lugar, pruebe estos trucos saludables para conseguir su placer cafeinado sin azúcares añadidos.
1. Infórmate sobre los granos. Busque sinónimos de dulzura en las descripciones de los sabores de esa bolsa de café. Por ejemplo, El Gallo Organic Breakfast Blend de Intelligentsia sabe a «fruta de hueso, caramelo y turrón», mientras que su Frequency Blend recuerda a «chocolate y frutos secos». En general, evite los tuestes muy oscuros. Esos granos pueden tener un sabor quemado y amargo, lo que le tentará a cargar con edulcorantes o cremas aromáticas.
2. Pruebe los tés de postre. Busque el té blanco Vanilla Pear de Tea Forte, naturalmente dulce pero sin edulcorantes, y el té negro Hot Cinnamon Spice de Harney Teas. Otras mezclas que no son dulces en sí mismas, pero que tienen sabores parecidos a los de los postres (como el chocolate, la vainilla, la canela y la fruta), son los tés negros Florence y Paris de Harney, y los Guilt-Free Dessert Teas de The Republic of Tea (nos encanta el Ginger Peach Chocolate Truffle). Pruebe a mezclar un poco de leche o nata en estas últimas variedades para enriquecerlas.
3. Prepare sus propias tisanas dulces. Prueba a hacer una infusión de agua hirviendo con hojas de menta fresca, raíz de jengibre fresco, ramas de canela o flores secas orgánicas, como capullos de rosa o manzanilla. Déjalo reposar durante unos 10 minutos y luego cuélalo. Sírvelo con una cuña de naranja o lima.
4. Acompaña el café y el té con fruta. En Japón, es tradicional servir el matcha con pequeños dulces. Dale un giro a esta práctica comiendo productos frescos de temporada, como rodajas de manzana o pera crudas, o calabaza o calabacín al horno, mientras bebes tu bebida caliente preferida.
5. Haz tú mismo el café y el té aromatizados. Antes de prepararlo, añada cacao en polvo sin azúcar, vainas de vainilla en polvo, canela molida o especias de pastel de calabaza a los posos del café. También puede mezclar extracto, como el de vainilla o el de almendras, en el té o el café terminado (por ejemplo, pruebe el extracto de vainilla en una taza de matcha).
6. Cambie la leche. Busque leches vegetales sin azúcar y con sabor a vainilla, como la de almendras. Aunque las leches vegetales tienden a ser mucho más bajas en azúcar que la leche de vaca, la vainilla engaña a su cerebro para que perciba el sabor general como dulce. O bien, pruebe la leche de coco sola; es naturalmente dulce, y su contenido de grasa añade una riqueza satisfactoria.