El 20 de noviembre se conmemora el aniversario del inicio de la Revolución de 1910-1917 -específicamente el llamado a las armas de Francisco I. Madero para derrocar al dictador Porfirio Díaz, quien había permanecido en el poder por más de tres décadas.

El año 2010 marcó el centenario del episodio, durante el cual se llevaron a cabo una serie de eventos especiales, y se produjo un billete conmemorativo de edición limitada de 100 pesos (ahora una pieza de colección).

Mientras que el Día de la Independencia anual de México se celebra con vigor el 16 de septiembre de cada año, con fiestas, fuegos artificiales, reuniones de familiares y amigos para comer platos tradicionales como el pozole y las tostadas, y el «grito» de las 11 p.m. «grito», ya sea que se vea por televisión o se asista al zócalo local, el Día de la Revolución es poco más que un día festivo más -un día libre de la escuela o el trabajo- y las reflexiones y oraciones sobre los logros de aquellos años de agitación se dejan casi exclusivamente a las clases políticas.

El Día de la Revolución en México es uno de los días festivos que se plegó a una selección de «fines de semana largos» designados, introducidos en 2006, y se observa el tercer lunes de noviembre sin importar en qué día cae el 20. El fin de semana del Día de la Revolución también está vinculado a un evento conocido como «El Buen Fin», en el que los minoristas y las empresas de viajes de todo el país se unen en una extravagancia promocional que ofrece descuentos y otros ahorros, emulando la tradición estadounidense del Viernes Negro, cuando las tiendas comienzan sus rebajas de la temporada navideña. La iniciativa, que se introdujo por primera vez en 2011, se ha convertido en un evento anual de compras de facto en México.

Aunque pocos mexicanos cuestionan la importancia del nacimiento de una nación independiente después de tres siglos de dominio colonial, el período de conflicto de 1910-1917 que llevó a la promulgación de la Constitución de 1917 fue mucho más complejo, y hasta cierto punto inconcluso. Algunos de los héroes más conocidos de la Revolución fueron asesinados en actos de traición mucho después de 1917. Emiliano Zapata en 1919, Venustiano Carranza en 1920, Francisco Villa en 1923 y Álvaro Obregón en 1928.

Hasta el día de hoy continúan los desacuerdos sobre el significado de los acontecimientos que conformaron la revolución, con ideas generalmente influenciadas por puntos de vista políticos. No es lo mismo la revolución vista desde la izquierda que desde la derecha, y su éxito o fracaso desde cualquiera de esos puntos de vista no es algo que se pueda dirimir fácilmente. El artículo de Wikipedia (en español) muestra lo complicado que fue el asunto.

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